Mensaje de Winnie Byanyima

Directora Ejecutiva de ONUSIDA

Para el Día Mundial del Sida de 2019

1 de diciembre de 2019

Creo firmemente en las comunidades.

Las comunidades son las que pueden hacer realidad el cambio.

Las comunidades son nuestra mayor esperanza para erradicar el sida, porque son ellas quienes llevan luchando contra el VIH desde el principio.

Mientras la epidemia causaba estragos en nuestros países, en nuestras ciudades y en nuestros pueblos, las mujeres formaban comunidades y se apoyaban para soportar juntas la carga del cuidado de sus familias.

Desde hace muchísimo tiempo hemos dado por sentado su voluntariedad.

Ante la adversidad, las comunidades de hombres gays, trabajadores sexuales y personas consumidoras de drogas se han organizado para reivindicar su derecho a la salud como ciudadanos en condiciones de igualdad.


Por ello, sabemos que las comunidades han demostrado su gran valía. No cabe debate alguno al respecto.

Sin las comunidades, 24 millones de personas de todo el mundo hoy no tendrían acceso al tratamiento. Sin las comunidades lideradas por mujeres que viven y están afectadas por el VIH, no estaríamos hoy cerca de poner fin a las nuevas infecciones entre los niños, así como tampoco seríamos capaces ni de criar huérfanos ni de cuidar de los enfermos.

Hace 25 años, una mujer de Burundi llamada Jeanne fue la primera persona que hizo público su estado serológico positivo. Actualmente Jeanne se encarga de hacer que los líderes asuman su responsabilidad y de luchar por el derecho a la atención sanitaria.

A pioneras como Jeanne se han unido líderes jóvenes como Yana, una joven ucraniana de 20 años que nació con el VIH. Yana fundó Teenergizer, un grupo que reúne a jóvenes de todas las partes del este de Europa. En un mundo en el que los hombres mayores tienen el mando, su único objetivo es que jóvenes como ella puedan alzar la voz y elegir.

Pensemos en Fiacre. Vive en la República Centroafricana y, como otros miles de jóvenes, llegó allí desplazado por el conflicto. Fiacre va en bicicleta a una clínica y pasa todas las barreras y controles con el objeto de recoger sus medicinas antirretrovíricas y las de los miembros de su grupo. De no ser por él, todas y cada una de esas personas tendrían que enfrentarse solas a un viaje que es peligroso. Es simplemente sorprendente.

Como pueden ver, las comunidades marcan la diferencia en todo el mundo.

Sin embargo, debe cambiar nuestra actitud de dar por sentado el esfuerzo de las comunidades.

En este Día Mundial del Sida, ONUSIDA quiere elogiar y rendir homenaje a los logros que los activistas y las comunidades han cosechado en la lucha contra el VIH. Queremos recordar y honrar a todos los que se han ido quedando por el camino. Fueron ellos y ellas quienes desafiaron el silencio y acercaron a las comunidades los servicios que salvan vidas. Sin embargo, y por sólidas que resultan, las infinitas contribuciones realizadas por las mujeres y por muchos otros no podrán reemplazar nunca la responsabilidad de los Gobiernos.

Recordemos que los Gobiernos se han comprometido a que, al menos, el 30 % de los servicios del VIH sean liderados por las comunidades.

También han acordado que el 6 % de toda la financiación para el VIH irá destinada a la movilización de las comunidades, la promoción de los derechos humanos y el cambio de leyes dañinas que no hacen sino obstaculizar nuestro camino para erradicar el sida.

Seamos claros: hoy por hoy defender los derechos humanos y plantar cara a la discriminación, la criminalización y el estigma constituye un trabajo arriesgado.

Hagamos, por tanto, un llamamiento a los Gobiernos para que abran los espacios, con el fin de que los activistas puedan llevar a cabo su trabajo de la mejor manera que saben.

Con las comunidades al frente y los Gobiernos cumpliendo sus promesas, lograremos acabar con el sida.



VIH/sida


OMS. 28 DE NOVIEMBRE 2019

Datos y Cifras

El VIH, que continúa siendo uno de los mayores problemas para la salud pública mundial, se ha cobrado ya más de 32 millones de vidas. Sin embargo, habida cuenta del acceso creciente a la prevención, el diagnóstico, el tratamiento y la atención eficaces del VIH, incluidas las infecciones oportunistas, la infección por el VIH se ha convertido en un problema de salud crónico llevadero que permite a las personas que viven con el virus llevar una vida larga y saludable.

A finales de 2018 había aproximadamente 37,9 millones de personas con el VIH.

Como resultado de los esfuerzos internacionales concertados para responder al VIH, la cobertura de los servicios ha ido aumentando constantemente. En 2018, el 62% de los adultos y el 54% de los niños infectados con el VIH en países de ingresos bajos y medios estaban recibiendo tratamiento antirretrovírico (TAR) de por vida.


Una gran mayoría (82%) de las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia infectadas con el VIH también estaban en tratamiento con antirretrovíricos, lo que no solo protege su salud, sino que también previene que transmitan el virus a sus hijos.

Sin embargo, no todas las personas pueden acceder a las pruebas de detección del VIH, al tratamiento y a la atención. En particular, las metas aceleradas de 2018 para reducir a 40 000 las nuevas infecciones pediátricas por el VIH no se cumplieron. Las metas mundiales para 2020 corren el riesgo de no alcanzarse si no se toman medidas rápidas.


Debido a las deficiencias en los servicios relacionados con el VIH, en 2018 murieron 770000 personas por causas relacionadas con el VIH y 1,7 millones de personas contrajeron la infección.

En 2018, las personas pertenecientes a los grupos de población clave y sus parejas sexuales representaron por primera vez más de la mitad de todas las nuevas infecciones por el VIH en todo el mundo (aproximadamente el 54%) en 2018. En las regiones de Europa oriental, Asia central, Oriente Medio y África septentrional, estos grupos representaron aproximadamente el 95% de las nuevas infecciones.

Los grupos de población clave son: hombres que tienen relaciones sexuales con hombres; personas que se inyectan drogas; personas recluidas en cárceles y otros entornos cerrados; trabajadores del sexo y sus clientes; y personas transgénero.

Además, dadas sus circunstancias de vida, otros grupos poblaciones pueden ser particularmente vulnerables y correr un mayor riesgo de infección por el VIH, como las adolescentes y las mujeres jóvenes de África meridional y oriental y los pueblos indígenas de algunas comunidades.


El aumento de la vulnerabilidad al VIH suele estar asociado a factores legales y sociales, lo que aumenta la exposición a situaciones de riesgo y crea obstáculos para acceder a servicios de prevención, detección y tratamiento del VIH eficaces, de calidad y asequibles.

Más de dos tercios de todas las personas con el VIH viven en la Región de África de la OMS (25,7 millones). Si bien el VIH es prevalente entre la población en general en esta Región, un número cada vez mayor de nuevas infecciones se producen entre los grupos de población clave.


El VIH se puede diagnosticar mediante pruebas de diagnóstico rápido que pueden proporcionar resultados el mismo día. Esto facilita enormemente el diagnóstico y la vinculación con el tratamiento y la atención.

Aunque no existe cura para la infección por el VIH, el tratamiento con antirretrovíricos eficaces permite mantener controlado el virus y prevenir la transmisión a otras personas.

A finales de 2018, se estima que el 79% de las personas con el VIH conocían su estado serológico. Se calcula que 23,3 millones de personas infectadas con el VIH (el 62% del total) estaban en tratamiento antirretrovírico y que el 53% había logrado suprimir el virus y, por tanto, el riesgo de infectar a otros.


Entre 2000 y 2018, las nuevas infecciones por el VIH disminuyeron en un 37% y las muertes relacionadas con el VIH en un 45%, y se salvaron 13,6 millones de vidas salvadas gracias al TAR. Este logro fue el resultado de los grandes esfuerzos realizados por los programas nacionales sobre el VIH con el apoyo de la sociedad civil y los asociados internacionales en favor del desarrollo.

El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) ataca el sistema inmunitario y debilita los sistemas de defensa contra las infecciones y contra determinados tipos de cáncer. A medida que el virus destruye las células inmunitarias e impide el normal funcionamiento de la inmunidad, la persona infectada va cayendo gradualmente en una situación de inmunodeficiencia. La función inmunitaria se suele medir mediante el recuento de linfocitos CD4.

La inmunodeficiencia aumenta el riesgo de contraer numerosas infecciones, cánceres y enfermedades que las personas con un sistema inmunitario saludable pueden combatir.

La fase más avanzada de la infección por el VIH es el Síndrome de inmunodeficiencia adquirida o sida que, en función de la persona, puede tardar de 2 a 15 años en manifestarse. Las personas que padecen sida pueden contraer ciertos tipos de cáncer e infecciones o presentar otras manifestaciones clínicas de gravedad.

10 Datos sobre el VIH/sida

OMS.

 

EL VIH (Virus de imnunodeficiencia humana) Infecta a las células del sistema imnunitario

 

La infección causa un deterioro del sistema inmunitario y merma la capacidad del organismo para combatir algunas infecciones y otras enfermedades. En las etapas mas avanzadas de la infección por VIH sobreviene el sida (Síndrome de inmunodeficiencia adquirida) , que se define por la aparición de una o varias infecciones oportunistas o tipo de cáncer de más de veinte posibles. 



 

El VIH se puede transmitir de varias formas

 

El VIH se puede transmitir por:

 

Relaciones sexuales (vaginales o anales) o contacto bucogenital con una persona infectada sin protección;

Transfusiones de sangre contaminada;

Intercambio de agujas, jeringas u otros objetos punzo cortantes contaminados;

Transmisión de la madre al hijo durante el embarazo, el parto o el amamantamiento.

 



Existen varias formas de prevenir la transmisión del VIH

 

Formas principales de prevenir la transmisión del VIH:

 

No correr riesgos al mantener relaciones sexuales, por ejemplo utilizando preservativo;

Someterse a las pruebas de detección y al tratamiento de las enfermedades de transmisión sexual, en particular la infección por el VIH;

No inyectarse drogas en las venas o, en caso de hacerlo, usar siempre agujas y jeringas desechables nuevas;

cerciorarse de que toda sangre o producto sanguíneo que se necesite haya pasado por pruebas de detección del VIH.

En el mundo hay 36,9 millones de personas infectadas por el VIH

 

Se calcula que en todo el mundo 36,9 [34,3-41,4] millones de personas estaban infectadas por el VIH en 2014, de las que 2,6 [2,4-2,8] millones eran niños. La gran mayoría de las personas infectadas por el VIH viven en países de ingresos bajos y medios. Se calcula que en 2014 se produjeron 2 [1,9-2,2] millones de nuevas infecciones por VIH. Se estima que unos 34 millones de personas han fallecido por causas relacionadas con el sida hasta la fecha, 1,2 [1,0-1,5] millones de ellas en 2014.

 

 



La exactitud de las cifras del tratamiento del VIH queda demostrada

26 DE JULIO DE 2018

 

Hacer una estimación de cuántas de las personas que viven con el VIH están bajo tratamiento es fundamental para poder controlar el éxito o el fracaso de la respuesta mundial al sida. El tratamiento del VIH no solo mantiene a la gente con vida, sino que además, al reducir la carga vírica, reduce en gran medida las posibilidades de que una persona que vive con el VIH transmita el virus a otros.

ONUSIDA publicó sus estimaciones más recientes del número de personas que viven con el VIH y siguen un tratamiento antirretrovírico en su nuevo informe Miles to go (Kilómetros que recorrer). Unos 21,7 millones de los 36,9 millones de personas que vivían con el VIH a finales de 2017 estaban bajo tratamiento del VIH.

Un total de 143 países presentaron los datos en los que se basó ONUSIDA para calcular dicha estimación, y representa el 91% de todas las personas que se estima que están en tratamiento en todo el mundo. Los 143 países proporcionaron cifras reales de las personas siguiendo un tratamiento, no estimaciones, aunque se utilizaron estimaciones para los pocos países que no facilitaron sus cifras. Los países informan del número de personas bajo tratamiento (tanto adultos como niños, desglosados por sexo) cada seis meses a través de la herramienta Vigilancia Mundial del Sida. En el software de estimaciones epidemiológicas Spectrum se incluyen datos similares.

ONUSIDA proporciona asistencia técnica y formación a los funcionarios de salud pública y a los encargados clínicos, las personas que recopilan la información en los países, para garantizar que los informes sobre la cobertura del tratamiento son precisos. Además, cada año, en colaboración con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, la Organización Mundial de la Salud y otras entidades que apoyan la prestación de servicios de tratamiento del VIH, ONUSIDA revisa y valida las cifras en relación al tratamiento proporcionadas tanto a través de Vigilancia Mundial del Sida como de Spectrum.

Cuando se comparan las estimaciones de ONUSIDA sobre la cobertura del tratamiento en los países con las estimaciones sobre la cobertura del tratamiento de las Evaluaciones de Impacto del VIH basadas en la población (PHIA, por sus siglas en inglés) y otras encuestas similares, se pueden observar niveles parecidos de cobertura del tratamiento (ver el gráfico anterior).

En 2017 ONUSIDA llevó a cabo lo que se denomina triangulación de datos para comprobar la exactitud o inexactitud de su recopilación de datos anual. Ese análisis pretendía dar respuesta a una pregunta sencilla: ¿se están produciendo y comprando suficientes medicamentos antirretrovíricos para tratar al número de personas que según los informes reciben tratamiento antirretrovírico?

A finales de 2016, 19,4 millones de personas estaban bajo tratamiento en todo el mundo y se estimaba que 14,1 millones accedían al tratamiento de forma genérica en países de ingresos medios o bajos.

Un estudio sobre las exportaciones y el abastecimiento nacional de los medicamentos antirretrovíricos en la India en 2016 mostraba que se trataba a 11,4 millones de personas al año. Cuando se incluyeron los medicamentos antirretrovíricos genéricos producidos en otros países, se estimó que podía tratarse a 14,2-16,2 millones de personas al año, de modo que eran suficientes para tratar a los 14,1 millones de personas que accedían al tratamiento genérico en países de ingresos medios o bajos.

En 2018, ONUSIDA colaboró con la Organización Mundial de la Salud, el Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria y un grupo de colaboradores técnicos y de ministros de Salud de 28 países, la mayoría de ellos del África subsahariana, para realizar revisiones de calidad de los datos facilitados en relación a las cifras de los tratamientos y, en caso de encontrar excesos o defectos en dichos datos, para corregir la cifras del tratamiento en los informes actuales y antiguos. Desde 2016 se habían realizado otras revisiones de calidad de los datos para ajustar las estimaciones, por ejemplo, cuando una persona era trasladada de una clínica a otra pero ambas clínicas proporcionaban datos sobre ella o en los casos de personas que habían fallecido, abandonado la asistencia o emigrado y a las que no se había identificado ni eliminado de los registros del tratamiento.

 

Fuente: ONUSIDA http://www.unaids.org/es/resources/presscentre/featurestories/2018/july/how-hiv-treatment-numbers-are-shown-to-be-accurate

 


El tratamiento con una combinación de antirretrovíricos evita que el VIH se multiplique en el organismo

 

Si se detiene la reproducción del virus, las células del sistema inmunitario pueden vivir más tiempo y proteger al organismo de las infecciones. Si una persona VIH-positiva está bajo tratamiento con antirretrovíricos, la posibilidad de transmisión del virus a su pareja sexual VIH-negativa disminuye extraordinariamente.

Hasta principios de 2015, 15 millones de personas estaban recibiendo terapia antirretrovírica en todo el mundo

 

De ellas, cerca de 13,5 millones viven en países de ingresos bajos y medianos. La OMS recomienda iniciar la terapia antirretrovírica cuando el recuento de linfocitos CD4 sea igual o inferior a 500/mm³ o menos. Este tratamiento se recomienda, con independencia del recuento de células CD4, para todas las personas con VIH en parejas serodiscordantes, las embarazadas y las lactantes con VIH, las personas con tuberculosis y VIH, y los pacientes con hepatopatía crónica grave coinfectados por el VIH y la hepatitis B. Del mismo modo, se recomienda administrar terapia antirretrovírica a todos los niños con VIH menores de 5 años. Tratar a todas las personas que lo necesitan sigue representando un enorme desafío.



 

Las pruebas de detección del VIH son un medio para garantizar el tratamiento a quienes lo necesitan

 

El acceso a las pruebas de detección del VIH y al tratamiento pertinente debería acelerarse extraordinariamente para alcanzar el objetivo de poner fin al sida a más tardar en 2030. Según se informa, en 2014 aproximadamente 150 millones de niños y adultos de 129 países de ingresos bajos y medianos se beneficiaron de la realización de pruebas de detección del VIH. Sin embargo, el alcance de las pruebas continúa siendo muy limitado, ya que se estima que solo el 51% de las personas con VIH saben que están infectadas.

 

Se calcula que 2,6 millones de niños sufren la infección por el VIH

 

Según indican las cifras de 2014, la mayoría de esos niños vive en el África subsahariana y contrajo la infección a través de su madre VIH-positiva durante el embarazo, el parto o el amamantamiento. Cerca de 220 000 [190 000-260 000] niños contrajeron la infección en 2014.

 

 



 

La eliminación de la transmisión de la madre al niño se está convirtiendo en realidad

 

El acceso a intervenciones preventivas sigue siendo limitado en muchos países de ingresos bajos y medianos. No obstante, se ha progresado en algunos ámbitos, como la prevención de la transmisión de la madre al niño y la supervivencia de las madres. En 2014, un poco más de 7 de cada 10 embarazadas con VIH –1 070 000 mujeres– recibieron antirretrovíricos en todo el mundo. Cuba se convirtió en 2015 en el primer país del mundo en recibir la validación de la OMS de que ha eliminado la transmisión de madre a hijo del VIH y la sífilis

 

El VIH es el principal factor de riesgo de tuberculosis activa

 

En 2013, fallecieron por tuberculosis más de 360 000 personas infectadas por el VIH, lo que supone una cuarta parte del total de 1,5 millones de muertes que según las estimaciones causó el VIH ese año. La mayoría de las personas que padecen a la vez tuberculosis e infección por el VIH vive en el África subsahariana (aproximadamente un 78% de los casos del mundo).



Quiénes Somos 

Un espacio que  busca brindar información sobre sexualidad y  VIH